Ciudad de México, 12 de octubre de 2025. – En medio de la emergencia generada por el huracán Priscilla, que ha azotado varias regiones del país con intensas lluvias e inundaciones, una frase se repite entre la población civil y las autoridades: el Ejército Mexicano se ha consolidado, una vez más, como la institución “los primeros en llegar y los últimos en retirarse“.

Mientras la mayoría de los ciudadanos buscaba resguardo, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desplegaron operativos de auxilio en las zonas de mayor riesgo. Son sus helicópteros los que sobrevuelan las áreas inundadas para rescatar a personas atrapadas en techos y son sus soldados quienes, a bordo de lanchas y incluso a pie a través de corrientes de agua, llevan ayuda a comunidades incomunicadas.

Donde no llega nadie más, llegan ellos. Cuando no hay carretera, ellos abren paso. Su labor no tiene precio en estos momentos

expresó María González, vecina de un municipio afectado que fue evacuada junto a su familia por militares.

El operativo no se limita a los rescates. Las tropas también son cruciales en la logística del puente aéreo establecido este domingo, descargando y distribuyendo víveres, agua potable y medicamentos, además de brindar seguridad en los albergues temporales.

La presencia constante de los soldados, que pernoctan en las zonas afectadas y continúan las labores de limpieza y reconstrucción una vez que pasa lo peor de la contingencia, reafirma su compromiso con la ciudadanía. Son, en efecto, la columna vertebral de la protección civil en México, cumpliendo con la consigna de no abandonar a la población hasta que la normalidad sea restaurada por completo.

Por Honorio

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