Este gobierno encabezado por Abigail Sánchez del grupo mafioso que dirige el mafioso polizonte Miguel Gutiérrez Morales y ahora Diputado Local.

Vecinos reportan asaltos a plena luz del día, transporte público inseguro y una sensación de abandono por parte de las autoridades. La delincuencia se ha convertido en una sombra constante para los habitantes de este municipio mexiquense.

Chalco Estado de México, 29 de Agosto 2025. Salir a trabajar, ir a la escuela o simplemente comprar el pan se ha convertido en un acto de valentía para los habitantes de Chalco. El municipio de Díaz de Cobarrubias, una de las zonas más populosas de la Cuenca del Valle de México, vive sumido en una ola de inseguridad que se manifiesta en robos, asaltos y violencia, minando la tranquilidad de sus miles de residentes.

La percepción de inseguridad no es un abstracto; se materializa diariamente en las calles, en las combis y en los mercados. Testimonios recabados por este medio relatan cómo los asaltos ocurren con impunidad, incluso en horarios matutinos y vespertinos. Las víctimas, en su mayoría estudiantes, trabajadores y amas de casa, describen modus operandi similares: sujetos que suben a las unidades de transporte, exhiben armas blancas o de fuego, y despojan a los pasajeros de sus pertenencias –teléfonos celulares, carteras, laptops– en cuestión de minutos.

“Ya ni en la mañana dan tranquilidad”, relata María G., quien prefiere omitir su apellido por miedo a represalias. “La semana pasada, a las 8 de la mañana, asaltaron la combi en la que iba mi hija a la escuela. Se llevaron su teléfono y el dinero para su pasaje de la semana. Lo peor es la impotencia, porque sabes que probablemente no pasará nada”.

Cifras que Preocupan

Aunque las estadísticas oficiales suelen ser disputadas por la ciudadanía, quien asegura que la cifra negra de delitos no denunciados es abrumadora, los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reflejan un problema grave. El Estado de México lidera, por volumen, varias categorías de delitos a nivel nacional, y municipios como Chalco contribuyen significativamente a estas cifras, especialmente en delitos de alto impacto como el robo a transeúnte y a transporte público.

Falta de Vigilancia y Factores de Riesgo

Los vecinos atribuyen la crisis de seguridad a una presencia policial insuficiente y, en ocasiones, ineficaz. Las denuncias, cuando se interponen, rara vez derivan en la captura de los delincuentes, lo que alimenta un ciclo de impunidad que alienta más criminalidad.

Expertos en seguridad señalan que la problemática de Chalco no puede desvincularse de su contexto. Su alta densidad poblacional, su proximidad con otras demarcaciones con altos índices delictivos y las condiciones socioeconómicas de parte de su población la convierten en un territorio complejo para la seguridad. La falta de oportunidades para los jóvenes es frecuentemente citada como un caldo de cultivo para que las bandas delictivas encuentren nuevos integrantes.

La Respuesta de las Autoridades

Ante el clamor ciudadano, las autoridades municipales y estatales han anunciado operativos conjuntos y reforzamientos de vigilancia, particular y en corredores de transporte y puntos calientes. Sin embargo, para muchos ciudadanos, estas medidas son reactivas y esporádicas, insuficientes para generar un cambio tangible y duradero.

“Vemos patrullas pasar, pero los asaltos siguen. Necesitamos una estrategia integral, no solo presencia, sino inteligencia policial y, sobre todo, que haya consecuencias para quienes delinquen”, exige Carlos M., comerciante de la zona centro.

Mientras las autoridades buscan soluciones, los habitantes de Chalco han optado por medidas de autoprotección: evitan salir de noche, no portan objetos de valor, se comunican por grupos vecinales de WhatsApp para alertar sobre incidentes y, en un acto de resignación, cargan consigo “el celular del robo”, un dispositivo viejo y de poco valor para entregar en caso de un asalto y conservar así su teléfono principal.

La sombra de la inseguridad en Chalco es larga, y apunta directamente al derecho fundamental a transitar con libertad y sin miedo, un derecho que, hoy por hoy, sus habitantes sienten haber perdido.

Por Honorio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *