En la bulliciosa Ciudad de México, los vendedores ambulantes indígenas han alzado la voz contra el maltrato que aseguran estar sufriendo por parte de elementos de seguridad pública en las líneas 1, 2 y 3 del metro. Estas personas, que han encontrado en la venta de artesanías y productos tradicionales una forma de subsistencia, denuncian acoso agresivo por parte de las autoridades encargadas de mantener el orden en el transporte público.
Los vendedores indígenas, muchos de los cuales provienen de comunidades rurales marginadas, a menudo se enfrentan a dificultades económicas y sociales en su vida diaria. La venta de sus productos en el metro les brinda una oportunidad para mantener a sus familias y preservar sus tradiciones culturales. Sin embargo, en lugar de recibir apoyo o consideración por parte de la seguridad pública, alegan estar siendo sometidos a un trato injusto.
Las denuncias incluyen actitudes intimidatorias, confiscación de mercancía, multas excesivas y detenciones arbitrarias. Los vendedores indígenas argumentan que estas acciones no solo afectan su sustento económico, sino que también atentan contra su dignidad y cultura.
Esta situación ha generado preocupación en diferentes sectores de la sociedad, que demandan una revisión de las políticas de seguridad en el metro de la Ciudad de México. Se espera que estas denuncias impulsen un diálogo entre las autoridades competentes y los vendedores ambulantes indígenas, con el objetivo de encontrar soluciones que respeten tanto la ley como los derechos y la diversidad cultural de todos los ciudadanos.
